Sinopsis:
Javier Reverte nos transporta, en su último libro, La canción de Mbama, a la época en la que Guinea Ecuatorial era todavía colonia española, cuando Luis Urzaiz, un joven médico navarro lleno de ilusiones, desembarca en África dispuesto a cumplir el sueño de dedicar su vida a los más necesitados y formar una familia.
La luz de África, sus paisajes y la sensualidad de sus gentes transforman su carácter de un modo definitivo, así como la violencia que estalla de manera intermitente y feroz en este lugar donde reinan la malaria, las serpientes, los cocodrilos y la magia negra.
Cuarenta años después de su llegada, el hombre maduro que ha librado infinidad de batallas y ha perdido casi todas se aferra, en compañía de su dulce amante africana, a la última esperanza posible: que los esfuerzos y las penurias sufridas en todos estos años para levantar y sostener el mejor hospital de la región sean reconocidos con el Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, los fantasmas del pasado acechan, y no le abandonarán fácilmente: Teodosio Mbama, un viejo y cruel enemigo, ha regresado a Cogo ¿estará sediento de venganza?
Mi comentario:
Me gusta cómo escribe Javier Reverte, hasta ahora nada de lo que he leído de él me ha defraudado, así que éste tampoco. Es un maestro del relato y de la ambientación, además, describe con conocimiento de causa porque es un viajero incansable y un enamorado de África.
A pesar de haber realizado una ardua labor de investigación, preguntándole a Google, no he podido determinar si el personaje protagonista de la novela es real o no. Así que si alguno de vosotr@s que tiene la paciencia de leer este rinconcito sabe algo, por favor que lo comparta.
Sí son reales la ambientación histórica de fechas, personajes y vicisitudes por la que Guinea Ecuatorial pasó en el tiempo que relata la novela. Una historia de desarrollo en los primeros años de la Independencia para caer en manos de corruptos y sanguinarios gobernantes que llevaron al país a la banca rota. Me impacta esa imagen real en la que se describe cómo los habitantes de la pequeña aldea de Cogo sabían que algo no iba bien: por la hilera de cadáveres que veían bajar por el río.
El protagonista Luis Urzaiz tiene muchos matices contradictorios que dejan al lector con una sensación ambivalente de no saber si odiarlo, quitarse el sombrero ante él o ni una cosa ni otra. Creo que Javier Reverte ha querido presentar una alegoría de la propia África, con sus contrastes de belleza y brutalidad que conviven de manera armónica en ese Continente, al que no conozco, pero que atrae enormemente.
Luis Urzaiz llegó a África y la convirtió en su sueño, en medio de la nada construyó un magnífico hospital y se dejó atrapar por su obra. Esposa e hijos no fueron suficiente para arrancarle de su reto y la tentación de una vida tranquila y próspera en su Navarra natal no hicieron otra cosa que empujarlo de nuevo a su particular aventura africana.
Llama la atención el anhelo con el que Luis Urzaiz aspira a que le concedan el Premio Nobel de la Paz y la crudeza de sus argumentos, sin cortarse un pelo. Creo que es cierto que detrás de cada acto, aunque pueda aparecer altruista, siempre tenemos motivaciones personales que tienen que ver con nuestro ego, pa mí que esto no resta valor a lo que hacemos y reconocerlo es bastante saludable para no engañarse a uno mismo.
También la pasión, prohibida desde un punto de vista occidental y cristiano, le salió al paso. Él se dejó llevar sin prestar atención a convencionalismos y apartando de su vida todo lo que cuestionara su relación; empezando por el mismísimo Dios. Ahhhh la pasión que no entiende de razones y nos lleva a lo más primitivo del ser humano ¿o será a lo más sublime? Todo depende.
En definitiva, una lectura para mí muy recomendable, que se lee en un suspiro y nos acerca a la fascinante y a la par que trágica realidad del Continente Negro. Esta es mi última reseña de este año, no digo más.
Luis Urzaiz llegó a África y la convirtió en su sueño, en medio de la nada construyó un magnífico hospital y se dejó atrapar por su obra. Esposa e hijos no fueron suficiente para arrancarle de su reto y la tentación de una vida tranquila y próspera en su Navarra natal no hicieron otra cosa que empujarlo de nuevo a su particular aventura africana.
Llama la atención el anhelo con el que Luis Urzaiz aspira a que le concedan el Premio Nobel de la Paz y la crudeza de sus argumentos, sin cortarse un pelo. Creo que es cierto que detrás de cada acto, aunque pueda aparecer altruista, siempre tenemos motivaciones personales que tienen que ver con nuestro ego, pa mí que esto no resta valor a lo que hacemos y reconocerlo es bastante saludable para no engañarse a uno mismo.
También la pasión, prohibida desde un punto de vista occidental y cristiano, le salió al paso. Él se dejó llevar sin prestar atención a convencionalismos y apartando de su vida todo lo que cuestionara su relación; empezando por el mismísimo Dios. Ahhhh la pasión que no entiende de razones y nos lleva a lo más primitivo del ser humano ¿o será a lo más sublime? Todo depende.
En definitiva, una lectura para mí muy recomendable, que se lee en un suspiro y nos acerca a la fascinante y a la par que trágica realidad del Continente Negro. Esta es mi última reseña de este año, no digo más.
PD: Acabo de descubrir que esta novela fue escrita originalmente en el año 2007, en El Círculo de Lectores, con el título: "Una historia africana".